JUSTICIA

18 - Apr -2022 - 7:51

DE LA CASTA A LA CANASTA. ROSATTI ASUME EL CONSEJO DE LA MAGISTRATURA

El presidente de la Corte Suprema de Justicia, Horacio Rosatti, asume hoy lunes como presidente del Consejo de la Magistratura, el órgano encargado de administrar, designar y remover jueces. El viernes último venció el plazo de 120 días que la propia Corte había definido para que el Congreso sancione una nueva Ley con el objetivo de modificar la composición del Consejo actual y el proyecto, si bien tiene media sanción en el Senado, aún no fue tratado en Diputados. Rosatti llegará al Consejo cuando hayan jurado sus nuevos siete integrantes. Aún falta elegir al representante de la Academia y destrabar la designación de los consejeros asignados a la oposición parlamentaria que aún aguardan una resolución judicial. El 14 de diciembre de 2015, a días de haber asumido la presidencia de la Nación, Mauricio Macri lo nombró por decreto juez de la Corte Suprema de la Nación, saltando el procedimiento de audiencias y acuerdo legislativo que establece la Constitución. El artículo 79 del Reglamento para la Justicia nacional indica que "el Presidente de la Corte Suprema deberá será elegido por mayoría absoluta de votos de los ministros del Tribunal y durará tres años en el ejercicio de sus funciones". En el caso de Rosatti, fue Maqueda (integrante de la Corte) el que hizo la propuesta, según consta en la acordada, y Rosatti y Rosenkrantz adhirieron, por lo que se alcanzó la mayoría de 3 sobre 5 y no fue necesario el voto de Highton y Lorenzetti. El "autovotado" Rosatti había logrado llegar a la Corte Suprema con el impulso de sus colegas y la definición macrista. Ayer domingo la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, publicó en las redes sociales: "¿En serio que sólo el periodista Matías Mowszet se dió cuenta de lo que va a pasar mañana en Argentina tu país? Qué raro… con tantos periodistas independientes y de investigación que hay en la tele y en los grandes diarios. La casta de la que nadie habla". Acompañó el escrito compartiendo un tuit del periodista: "Mañana el presidente de la Corte Suprema, Horacio Rosatti, va a asumir como presidente del Consejo de la Magistratura (el órgano que designa y remueve jueces) gracias a un fallo dictado por él mismo y sin dejar su puesto en la Corte, que también ganó autoeligiéndose meses atrás". Y Mowszet agregó en su publicación: "Aceptó entrar a la Corte por decreto. Ganó la presidencia gracias a un inédito autovoto que, con solo 5 jueces, fue decisivo. Dictó un fallo que lo nombra a él mismo como presidente del Consejo de la Magistratura. Interesante para cuando volvamos a discutir sobre castas". La sociedad de casta colonial es un concepto historiográfico moderno, el Imperio Español durante la administración de sus posesiones de América, había "clasificado" a las personas por "razas" y cruces étnicos para organizar un sistema social. De acuerdo con este sistema, la sociedad americana bajo la dominación española se organizó como una pirámide jerárquica que ubicaba en la cúspide a los españoles (clasificados a su vez en "peninsulares" y "criollos"), y bajo ellos, a la mayoría de la población integrada por pueblos originarios, el régimen español de "limpieza de sangre". Así como otros sectores ocupan posiciones dominantes en los distintos ámbitos de actividad social, los jueces y juezas pueden ser considerados/as como parte de la elite social y política. Hace tiempo que poseen privilegios y que cuentan con mecanismos para defender y mantener el poder de las élites. Los miembros de la alta magistratura, también perdieron la vergüenza de tomar decisiones políticas en favor de los privilegiados y lo hacen con hipocresía, en nombre de la "independencia del poder judicial". Pertenecen a una auténtica casta, se diría que reivindicada por la actual Corte Suprema, constituida por magistrados de indisimulada ideología que alberga los intereses de derechas neoliberales, con la complicidad de los poderes económicos y quienes merecerían un justo juicio político. Algunas instituciones del Estado, cargadas de ultraderechistas o de nostálgicos de la dictadura, seguramente ponen todos los huevos en la misma canasta, la del poder judicial, con el fin de socavar el estado de derecho, la división de poderes y las decisiones del pueblo.