POLITICA

06 - Oct -2022 - 13:51

VILLA MASCARDI: LOS PATRONES DE LA VULNERABILIDAD

Lafken Winkul Mapu (del mar, de la tierra, de la patria), así se denomina la comunidad Mapuche ubicada en Villa Mascardi, provincia de Río Negro. En esa tierra se levanta una machi, una autoridad espiritual trascendental para el pueblo Mapuche, una autoridad que no aparecía en el Puel Mapu desde hace casi cien años. En esa tierra, el 25 de noviembre de 2017, las fuerzas represivas del Estado asesinaron por la espalda a Rafael Nahuel. Días antes, el 22 de noviembre por la tarde, la fiscal Sylvia Little, junto a un secretario del juez de Bariloche levantó la prepotencia ante la comunidad Mapuche: "Ustedes se tienen que ir ya, se tienen que ir de acá, esta tierra es de Parques Nacionales y ustedes la están usurpando". Parte de la comunidad que rotaba haciendo guardias negó la usurpación, "solo estamos recuperando estas tierras por legítimo derecho ancestral", respondieron. Esa noche, se mantuvo la guardia en la tranquera y en horas de la madrugada se divisaron, bien cerca, las luces de los autos policiales. La Federal, la Policía de Río Negro, todos encaminados a lo que sería un destino trágico, doloroso. El sur pareció haber quedado más al sur, bloqueado. No solo lastiman las acciones represivas. La carga de armamento, de gases, de balas, es una energía que lastima. Lastima a los pueblos originarios conectados con la tierra y si los lastiman, lastiman a la tierra. Llegaron a las cuatro y media de la mañana, en medio de la oscuridad, formados de a tres grupos, de a cientos, sin intención de dialogar. Llegaron para reprimir. Tan solo 12 mapuches defendiendo su comunidad, defendiendo la tierra a piedrazos contra cuatrocientos que abrían paso a los balazos. ¡Agarren a uno, hagan mierda a uno! La comunidad Lafken Winkul Mapu recuperó el territorio en 2017, dos lotes correspondientes a Parques Nacionales, apenas 10 hectáreas de las 710 mil que tiene el Parque Nahuel Huapi. Días después, una orden judicial a partir de la denuncia que hizo Parque Nacionales por usurpación, se genero un desalojo por parte de las Fuerzas de seguridad y 48 horas más tarde, con una nueva orden judicial para el control del territorio, se genero una brutal persecución, una casería y asesinato Estatal y por la espalda de Rafael Nahuel. En aquella oportunidad, 5 efectivos del Grupo Albatros de la Prefectura Naval Argentina, bajo las ordenes de la hoy exministra de Seguridad Patricia Bullrich, ingresaron y dispararon munición de plomo más de 100 veces. Cinco años después del asesinato de Rafael Nahuel, la causa elevada a juicio bajo la figura de homicidio cometido en el marco de legitima defensa, la justicia creyó en el relato que construyó en aquel momento la ministra de Seguridad y los medios hegemónicos que plasmaron día a día un enfrentamiento armado que, en la práctica nunca ocurrió. Desde el pico represivo del 2017, el año pasado muy cerca del Bolsón, en tierras Estatales cedidas a manos privadas para proyectos de deforestación, expresaron sentirse vulnerados a partir de la recuperación territorial de la comunidad Mapuche. En el Estado, en los medios de comunicación y en sectores de la sociedad; aparece sin dudas la doble vara, un doble standar en el tratamiento de lo que son reclamos territoriales de pueblos originarios y otros que tienen que ver con los formatos de producción y consumo del capitalismo, los que no están registrados como violencia. Está claro quienes pusieron los muertos estos años, quienes han puesto a los más desclasados, a los más vulnerados. Para la comunidad originaria había que consolidar la recuperación territorial porque la sangre de Rafael Nahuel está en esa tierra y es un elemento a tener en cuenta para comprender porqué la comunidad decidió quedarse en el lugar. Pretender canalizar la resistencia, donde el represor busca pautar la formas de resistir, es un lugar peligroso para el hoy y para el mañana. En la provincia de Río Negro, principalmente en Bariloche, se alienta una profunda hostilidad contra las comunidades originarias, incentivada por sectores nucleados en el movimiento "Consenso Bariloche" que reclaman el desalojo de tierras reivindicadas por las comunidades indígenas, culpabilizándolas de incendios o de vandalización. Para el actual ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández, el operativo de desalojo de la comunidad Mapuche realizado el martes en la localidad de Villa Mascardi, fue "positivo" porque no hubo "ni un rasguño entre los integrantes de las familias desalojadas" y remarcó que "se hizo con cuidado y no había armas letales". Más de 25 vehículos, una tanqueta, un carro hidrante y más de 200 efectivos; pero el Boletín Oficial explica que el Comando Unificado reúne a las 4 fuerzas federales para intentar garantizar la seguridad. ¿De quién, de quienes? Hay una dinámica de defensa de las comunidades originarias que, por lo visto, no se está comprendiendo. Parques Nacionales, como representante del Estado Nacional en la zona, es un organismo que no se caracteriza por habilitar derechos, las comunidades originarias estuvieron siempre bajo el halo de la desconsideración, fueron violentadas, empobrecidas, utilizadas como mano de obra barata. Después del genocidio, que todavía el Estado Nacional no reconoce, fueron durante años expulsados y reprimidos. Un verdadero autismo estatal. Aún no llegan las disculpas a la comunidad Mapuche, tampoco la justicia. Es suficiente con leer los partes de Campaña del Ejercito en la historia para saber lo que han atravesado. Sin embargo, en el discurso oficial sigue existiendo esto de "venimos de los barcos", que sella una provocación constante. A eso hay que sumar el Alto Bariloche donde habitan los sectores más empobrecidos que, en su mayoría, son pobladores Mapuches que se han transformado en pobladores urbanos porque les han ocupado el territorio y lo han urbanizado. Fue y es una población desposeída. Todos los sectores negados y empobrecidos generan resistencia, deberíamos plantearnos ¿para dónde va esa resistencia? ¿Qué hacemos y cómo abordamos esa resistencia? Han sido estigmatizados durante décadas, la profecía cumplida: cuando se niegan derechos al otro, a la otra, se le quita la humanidad y se termina hablando de la violencia del otro como si no se hubiera ejercido ninguna. Es la misma violencia en en algún momento se evidencia en forma de resistencia. Rafael Nahuel y Santiago Maldonado son dos claros ejemplos, pero que no tuvieron la misma repercusión mediática, las campañas en los medios de comunicación se arman de manera previa. Nos quedan dos opciones: o la sociedad argentina es toda violenta y racista, o los medios de comunicación tuvieron y tienen mucho que ver en la forma del impacto social. Si durante estos últimos 5 años hubo silencio, al menos es muy significativo que se ponga en juego nuevamente la temática en los medios. Es muy llamativo que días atrás se haya realizado una marcha de los propietarios derechizados de Bariloche justo cuando en el Parque Nahuel Huapi habían comenzado los relevamientos de las comunidades en relación a las tierras, cuestión que venían reclamando por años. Una vez más la palabra RAM circula en radios y programas de TV, agrupación que por cierto, no existe. ¿Por qué los vecinos de Bariloche no marcharon durante estos últimos 5 años? ¿Por qué días antes de este nuevo desalojo el presidente de la Asociación Vecinal de Mascardi paseó por todos los medios de comunicación diciendo que le habían ocupado los terrenos, cuando esto aún no había sucedido? ¿Por qué relató haber comprado esos terrenos con mucho esfuerzo y que él no los usaba?. Si declara en los medios que no usa los terrenos y la comunidad Mapuche los considera suyos, ¿qué era lo obvio? ¿Por qué la jueza subrogante de Bariloche, María Silvina Domínguez, no informó la causa por la cual se inicio el desalojo? Es una incógnita si la orden era recuperar un lote en particular, de ser así las Fuerzas de seguridad incumplieron al esparcirse por todo el territorio que está en disputa, o si era identificación y detención. Tras una decisión judicial que desató el rechazo de abogados y referentes de Derechos Humanos, hoy cuatro de las siete mujeres de la comunidad mapuche Lafken Winkul Mapu detenidas tras el desalojo en Villa Mascardi, fueron trasladas a la provincia de Buenos Aires para ser alojadas en el penal de Ezeiza. La defensa presentó un planteo para que la medida se revierta, mientras que también se pidió la liberación de las tres restantes. La jueza federal de Bariloche, María Silvina Rodríguez, en su fallo argumentó que "en la jurisdicción no existen ningún tipo de establecimiento federal de detención de mujeres". Los cuestionamientos a la magistrada también pesan por su decisión de mantener presas a otras tres mujeres, dos de ellas con sus hijos en edad de lactancia y una que se encontraba embarazada al momento de su detención durante el desmedido operativo contra la reivindicación por tierras ancestrales que realizaron las fuerzas federales. Si la violencia del Estado es cada vez más fuerte, las comunidades no tendrán otra opción que generar más resistencia.