POLITICA

05 - Oct -2023 - 9:12

VICTORIA VILLARRUEL, ENTRE LA ESTULTICIA Y EL ODIO. La candidata de LLA apuntó contra la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo.

¿Nos alcanza como sociedad repudiar las constantes arremetidas negacionistas, de reivindicación y de odio contra uno de los emblemas más significativos de nuestra historia como lo son los Derechos Humanos? Seguramente la respuesta, a esta altura, es no. Victoria Villarruel, compañera de fórmula de Javier Milei (La Libertad Avanza) y eventual coordinadora general de sus políticas en las áreas de Justicia, Seguridad y Defensa, volvió a embestir, durante un almuerzo del Rotary Club, contra las políticas de Derechos Humanos. En particular, apuntó contra la reciente jerarquización al rango de universidad del Instituto Universitario Nacional de Derechos Humanos Madres de Plaza de Mayo (IUNMA), fundado en 2014 con el impulso de su titular, Hebe de Bonafini. La hoy diputada nacional, comparó a la institución con "una academia que pudiera tener Giselle Rímolo", dijo haciendo referencia a la falsa médica condenada por ejercicio ilegal de la medicina. Además, ratificó que, si La Libertad Avanza se impone en las elecciones y Milei alcanza la Presidencia, impulsará una profunda auditoría sobre las indemnizaciones para víctimas del terrorismo de Estado. En el inicio de su disertación, Villarruel recordó que en las últimas semanas se aprobó en la Cámara de Diputados y de Senadores creación de nuevas universidades, entre las que mencionó a la de Madres de Plaza de Mayo, la de Pilar, la del Delta y la de Río Tercero. "Estas universidades son, en realidad, instituciones que funcionan como cajas, sin el potencial de alcanzar la excelencia académica, y no están destinadas a cubrir las necesidades de una región específica. En realidad, se han utilizado para financiar proyectos como la telenovela de Andrea del Boca o investigaciones sobre crímenes de lesa humanidad cometidos por el sargento Gómez en tal momento. Todas cuestiones que son principalmente de índole ideológica", dijo, ante un auditorio colmado con amplia mayoría de varones ya que los rotarios recién permitieron la incorporación de mujeres a sus huestes el año pasado. Característica machista si las hay. Quienes sostuvieron durante años, impulsados por el fogoneo sistemático de los medios de comunicación, que los movimientos sociales populares y el kirchnerismo eran los propulsores de la grieta, tienen una mala noticia. Los unitarios publicaron un periódico al que titularon "¡Muera Rosas!" y las pintadas tras la muerte de Evita celebraban "¡Viva el cáncer!", ni que hablar de las expresiones vertidas nota tras nota en relación al fallecimiento de Néstor Kirchner. Y Cristina Fernández de Kirchner merece un capítulo a parte, un odio descomunal encarnado en "chorra", "asesina", "muerte a Cristina", "tiene que ir presa", "corrupta", "puta". A ello sumado las descomunales causas judiciales que destilan tinta falaz y se entrelazan con jueces, fiscales, políticos, empresarios asiduos visitantes de la corrupción y el abuso de poder. Todo sintetizado en dos disparos fallidos pero que sin dudas buscaban un asesinato, asesinar a la vicepresidenta de la Nación. Vaciar de contenido las políticas de Estado que dieron refuerzo a la democrácia durante la era kirchnerista, que buscaron equidad social, que ampliaron derechos, también es un modo de matar todos los días. Milei y Villaruel lo saben, lo hacen. Las banderas del racismo, la misoginia y la xenofobia; de la antipolítica como herramienta transformadora de la sociedad continúan flameando con los agregados propios de la época; pero la lucha por los derechos colectivos, emergentes, no hacen otra cosa que dar cuenta de nuestra diversidad y de interpelar a los odiadores seriales. Ante el odio cotidiano, conviene el ejercicio de cierta sabiduría práctica: el uso de la imaginación, el conocimiento de nuestros afectos, unos principios seguros y confiarlos a la memoria para que estén siempre a nuestro alcance. Y habrá que salir a la busqueda de una urgente ley que nos proteja del negacionismo y de la reivindicación de los crímenes más brutales.