SOCIEDAD

07 - Dec -2023 - 15:33

ALIENADO POR EL PODER: 'EL BANDERAZO DE BOCA LO HIZO EL KIRCHNERISMO'. Macri y el negocio de la privatización.

Corría 1995 y Mauricio Macri llegaba a la presidencia del Club Atlético Boca Juniors. No tan lejos quedaba 1994, año en el que ocupó la presidencia de la Sociedad Europea de Vehículos en Latinoamérica (Sevel Argentina). Lo que le valió en 1997 un​ procesamiento por contrabando agravado en una causa relacionada con su padre Franco Macri. Acusado de una maniobra en la que las empresas del grupo, presuntamente, estafaban al Estado argentino exportando a Uruguay autopartes y volviéndolas a importar. Macri comenzó a vislumbrar que el "negocio", "los negocios", venían de la mano del Estado. Mauricio Macri negó haber cometido delitos y acusó a los jueces de conspirar en su contra debido a que el día anterior había hecho pública su intención de dedicarse a la política partidaria; nada que el expresidente no lleve adelante en la actualidad. Se destaca su impronta acusatoria sin pruebas de manera constante. Juan Román Riquelme llega con La Paglia y Bilardo lo hace rodar la pelota ante Unión para debutar bajo una ovación. Juega, la empuja, la rueda, la toca; sueña y no miente. "No es la primera vez que juego en esta cancha, la primera fue en reserva, pero esto es impresionante, no se puede creer, es un sueño", declaraba Román ante la prensa al final del partido. Con el regreso de Diego Armando Maradona a Boca, Román ve difícil un lugar en el equipo. Macri aprovecha y con insistencia propone su venta al Parma, pero Román se opone y afirma "yo me quedo". Al tiempo, hereda la número 10, la mejor, la del Diego y ante la oportunidad lustra y saca brillo a la pelota. De la mano del gran Bianchi gana todos los títulos, el local, la Libertadores, la Intercontinental. Macri insiste: "hay que venderlo" y esta vez al Barcelona. Gustavo Arribas es el encargado de la operación, sí el mismo Arribas que más tarde ocupara el mayor cargo de la Dirección de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) durante el gobierno de Mauricio Macri. Pero Román y su representante Marcos Franchi se niegan. Era el 2001 y durante el superclásico llegó el revote del arquero Constanzo, Román empuja la pelota con la cabeza y se encendió la cancha al grito de gol. Román corre, corre hacia la tribuna, ahí está Macri, mirando, quieto. Román puso una mano en cada oreja agrandando la es escucha de los hinchas, ¡golllllllllllll gollllllllll!, gesto que se convertiría en símbolo de resistencia. "No fue por nadie en especial, solo que a mi hija le gusta el Topo Gigio", explicó Román con una irónica sonrisa al final del partido. Las cartas están echadas y Macri inicia una guerra sin cuartel. "Riquelme tiene esa relación conflictiva conmigo, con el Club, no es un buen ejemplo para los pibes. Es un jugador que está todo el tiempo enojado, enojado con los directivos, con el club", decía Macri por aquella época con su característica manera de desacreditar, de estigmatizar, de violentar. Después... después, pasaron cosas, muchas cosas. Más allá de sus logros futbolísticos siempre fue criticado tan solo porque Riquelme, dijo y dice lo que piensa y piensa lo que dice. Macri había abierto la puerta a la estigmatización y puesto a todos los medios de comunicación con los cañones mirando hacía el ídolo boquense. Tal es así que se le criticaba no reírse. Pero el 10 simplificó las cosas con una simple frase: "Zidane es el más grande hace diez años y nunca se ríe. Riquelme, está feliz". Hoy, está en juego un gran partido, el partido de los clubes de fútbol, todos los clubes. Está en juego esquivar la pelota de la privatización y Riquelme lo sabe. Después de que la jueza subrogante Analía Romero se excusara, la causa por los comicios en Boca cayó en manos del magistrado Sebastián Font del Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil Nº 36 de Capital Federal, pero por la tarde, la Justicia rechazó la previa recusación de Alejandra Abravaya y el caso volvió a manos de la jueza titular. Tan solo algunas horas más tarde, la fórmula candidata opositora (Andrés Ibarra y Mauricio Macri), dieron una conferencia de prensa, por cierto, disparatada. Macri le mandó un mensaje directo a los socios xeneizes: "Llamo a los hinchas de Boca a que reaccionemos. Espero que la Justicia establezca el voto el 17 de diciembre para evitar que esto continúe. Y lo digo con el dolor de haber traído a Riquelme. Él es un ídolo de Boca, pero adentro de la cancha es una cosa y afuera es otra. La jueza tuvo que pedir protección porque recibía amenazas de muerte. Tuve que presentar una denuncia porque mi hija fue amenazada públicamente. Estamos discutiendo el futuro del club, no una competencia de matones. La jueza hizo un trabajo serio y perdieron la recusación. Amenazar a la jueza y a mi hija no se entiende", relató ante medios periodísticos amigos. "Si seguimos de esta manera, el club va a estar cada día peor. Paremos con la mentira y con la manipulación. Respetemos que la jueza lo comprobó con un peritaje. Riquelme, si vas a ganar 95 a 5, sacá a esos socios del padrón, aceptá el peritaje y votemos el 17 de diciembre", apuntó el hoy socio del presidente electo Javier Milei. Por otra parte, respondió las acusaciones que le hizo públicamente Riquelme: "Jamás le dije una mentira al socio y a los hinchas de Boca. Que tengamos que aguantar esta campaña conducida por Riquelme, que es una sucesión de mentira y ha aprendido de sus amigos de su política nacional, nos genera mucho dolor. Esto le hace daño a la familia de Boca". "El banderazo del otro día, no sé si lo vieron, estaba liderado por toda la dirigencia kirchnerista y Riquelme escoltado por la barra brava. Eso duele. Es un club tomado. Esperamos que la Justicia limpie el padrón y votemos el 17 que es el último día", dijo Macri alienado por el poder. El multitudinario banderazo de Boca colmó los corazones de los hinchas que se unieron en una interminable caminata sin importar ideologías, solo el amor a su Club. Pero a Macri le gusta embarrar la cancha. "Hoy teníamos que votar y estar disfrutando de estar pisando el campo de juego. Hoy tendríamos que estar disfrutando de una fiesta porque el club es de todos ustedes”, dijo Román rodeado de un mismo latido. "Lo único que tenemos que entender es una cosa: el club es de ustedes. No podemos permitir, no nos pueden intervenir el club. Ustedes le prestan la cancha nuestros jugadores, esa es la verdad. No podemos dejar de ninguna manera que nos intervengan el club. Eso es lo que quieren. No piensen en otra cosa que eso, no se dejen comer la cabeza en otra cosa porque eso”, añadió. Un día después, la jueza Alejandra Abrevaya tomó la decisión de apartarse de la causa previo haber suspendido las elecciones el domingo 3 de diciembre mediante un fallo cargado de irregularidades y firmado entre gallos y media noche. No es fácil de olvidar que a principios de agosto de 2016, ante la Comisión de Acuerdos del Senado, Arribas (socio y exfuncionario de Mauricio Macri) negó haber participado en operaciones ilegales tras la revelación mediática del escándalo internacional por lavado de dinero conocido como los "Panama Papers"; donde se filtró que Gustavo Arribas, poseía empresas en paraísos fiscales en los registros del Departamento de Estado de Nueva York. Tampoco es esquiva la memoria al recordar que el exdirigente de Boca Juniors Roberto Digón lo señaló como un testaferro de Mauricio Macri en el club, formando parte de un grupo inversor que compró futbolistas por millones de dólares y recibiendo abultadas comisiones y triangulaciones delictivas. Pero todo es político, el fútbol es político. Solo debería estar exento de la política partidaria. Aún faltaban unos días para el balotaje presidencial en Argentina cuando el entonces candidato por La Libertad Avanza, Javier Milei, planteaba su deseo de abrir las puertas a las Sociedades Anónimas Deportivas, retomando una idea que viene impulsando Mauricio Macri desde hace años. Para denominarlo con claridad, privatización. Reducir las privatizaciones de clubes deportivos a una mera cuestión económica es, al menos, de salvajes. Quedar a merced de grandes capitales extranjeros es la partida de defunción de la cultura futbolera, del barrio, de la contención de los pibes y las pibas, del intercambio, del amor, de los sentimientos. "A mí me gusta el modelo inglés...”, había anticipado Javier Milei siendo candidato; para destaparse ayer miércoles siendo presidente electo con una publicación en la red social X: "El populismo que gobierna en Boca", texto que fue acompañado con una foto de la cancha de Boca con él utilizando una motosierra. Mauricio Macri, le había realizado un pedido a través de la red social: "Señor presidente Javier Milei, ¿todavía tiene disponible la motosierra? La necesitamos para acabar con el populismo que gobierna en Boca". Y el líder de La Libertad Avanza respondió: "Cuente con la herramienta sin dudas...". Las ideas de los sectores dominantes son a veces imperceptibles y sus mandatos se disfrazan de falsas libertades. Macri se hizo grande gracias a Boca y no a la inversa. Macri sabe lo que implica la visibilidad en uno de los mayores clubes de la historia argentina, tanto que lo llevaron a la Intendencia de la Ciudad y más tarde a la presidencia de la Nación. El banderazo aún agitaba emociones cuando Riquelme expresó ante los hinchas: "Me siento orgulloso de ser hincha de este club, un bostero más como ustedes. Les quiero pedir un favor grandísimo, que por favor cantemos bien fuerte esa canción que para mí es la más linda del mundo. "Soy bostero, es un sentimiento, no puedo parar". Los quiero mucho".