SOCIEDAD

03 - Mar -2021 - 11:04

JÓVENES ARGENTINOS/AS LOGRARON DESARROLLAR EL PRIMER RESPIRADOR CON MONITOREO REMOTO

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en Argentina apoyó a una joven empresa de la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe -Inventu Tech- en la elaboración de un prototipo local de respirador para asistir a personas que transitan estadios graves de la enfermedad Covid-19. Se trata de equipamiento crítico para afrontar el tratamiento en pacientes graves y atravesar una potencial nueva ola de contagios. Económico, accesible y de diseño abierto. En el mes de marzo de 2020, algunos miembros de la empresa, miraban atónitos las noticias sobre lo que sucedía en Europa y Asia luego de la rápida expansión del virus conocido como Covid-19. Lo que parecía una epidemia más, pronto se convirtió en la pandemia más importante de los últimos 100 años. En ese momento, la preocupación general era la falta de respiradores y de insumos médicos para afrontar la crisis sanitaria en ciernes. "Estamos acostumbrados a recibir insumos en cuatro días. En marzo, ya se registraban más de 60 días de espera para la adquisición de elementos claves para la salud", manifestó Simón Carpman, joven asociado y fundador de Inventu. Así este equipo argentino emprendió la búsqueda para generar un prototipo de respirador que garantizara la escalabilidad local y abrir la posibilidad de fabricación de instrumental sanitario crítico en el país. Con el nombre de "Un Respiro", el proyecto que llevaron adelante los emprendedores logró desarrollar un "Ventilador de Transición" para emergencias Covid-19; diseñado con piezas nacionales, fáciles de conseguir en el mercado interno y que luego evolucionó hacia el primer respirador con monitoreo remoto por APP. Entre las fuentes de financiamiento pioneras en dar impulso al proyecto se destaca un Fondo Semilla de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), al que más tarde se sumó el financiamiento otorgado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), junto al apoyo brindado por otros sectores del Estado y del ámbito privado. La validación de un proyecto de estas características puede llegar a tomar alrededor de dos años o más. Para la elaboración del primer prototipo se llevó adelante una junta médica compuesta, principalmente, por médicos/as terapistas intensivistas y kinesiólogos/as intensivistas. Más de 20 participantes altamente calificados concluyeron que el dispositivo desarrollado por Inventu estaba ventilando. El proceso de validación del producto final consistió en seis meses de ensayos en laboratorios de ANMAT con los equipos y sus "mellizos". El equipo atravesó pruebas de fuerza de 20 kilos; también superó pruebas de seguridad eléctrica, soportando la descarga de entre 4 mil y 5 mil voltios en lugares críticos. Y finalmente, pasó por ensayos de magnetismo para garantizar su facultad de convivir con otros instrumentos en los ambientes médicos, sin irradiarlos y validando su inmunidad magnética. Para la aprobación del producto final se siguió, punto por punto, con la normativa internacional que regula y en la que se basan todos los equipos electro-médicos para la terapia intensiva. La normativa de referencia es la IEC-60.601 (por sus siglas en inglés, International Electrotechnical Comission). Las ventajas del nuevo prototipo para los médicos son enormes: el personal de salud, que en el marco de la sobre ocupación por la crisis sanitaria está seriamente comprometido, no tiene que acercarse al paciente cada vez que tose, ante cualquier cambio en la presión o cuando empieza a despertar y atraviesa transformaciones en la secuencia respiratoria. Las alarmas del circuito paciente-respirador brindan una facilidad y eficiencia notables en el tratamiento de cada paciente pues el monitoreo remoto permite evitar la sobrecarga de trabajo del personal de salud. Desde que se creó el primer prototipo, hasta el día de hoy, Inventu ha asistido a varias provincias argentinas para que adquieran o desarrollen sus respiradores. Estos fueron fabricados con éxito a nivel local por la Universidad del Nordeste, en la Provincia de Corrientes, donde ya se ensamblaron 100 máquinas que se utilizaron para cubrir la brecha de demanda que podría enfrentar el sistema de salud durante un pico de contagios en el marco de la pandemia. También se distribuyeron respiradores en las provincias de Santa Cruz y Jujuy.